Hoy, “Anden Puriyq” es mucho más que una empresa. Es un puente entre las personas y las montañas, un espacio para compartir el conocimiento y las emociones que este entorno me ha regalado a lo largo de los años. Comencé practicando montañismo de manera empírica, descubriendo emociones como la alegría, el miedo y una profunda gratitud. Pero también me enfrenté a riesgos que me hicieron reflexionar. Sabía que, si quería seguir explorando este mundo mágico, debía hacerlo de manera responsable y segura. Así, decidí formarme profesionalmente en el Centro de Estudios de Alta Montañ.